La nueva opacidad de la CDMX ante la pandemia

Mario Romero Zavala
6 min readMar 10, 2021

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El gobierno de la Ciudad de México ha suspendido, de manera permanente, el acceso público a un sistema del Registro Civil, impidiendo de esta forma realizar investigaciones utilizando los registros de actas de defunción, y dejando a la ciudad sin una importante herramienta para entender la evolución de la pandemia.

Cuando en mayo 2020 encontré, junto con Laurianne Despeghel, que era posible determinar desde un sitio de internet el número de actas de defunción registradas en el Registro Civil de la ciudad, estábamos como país en un contexto de incertidumbre ante los datos oficialmente publicados. La sospecha era que existía un gran subregistro del COVID19 en México, debido principalmente a las pocas pruebas realizadas como parte de una estrategia declarada, y a investigaciones publicadas por algunos medios. Ante cuestionamientos de periodistas al respecto, la respuesta oficial se excusaba en el largo período que toma al INEGI un proceso de recolección y validación de datos que no corresponde con una situación de emergencia histórica.

La realidad es que el saldo de fallecimientos por la crisis sanitaria siempre estuvo accesible para diferentes instancias de gobierno vía los registros civiles de nuestro país. En entidades como CDMX, donde la digitalización de estos documentos es un proceso que se lleva a cabo desde hace años, la información actualizada ha estado a su disposición en todo momento.

Al descubrir que podíamos hacer uso de un sistema de consulta del registro civil de la ciudad, creado por administraciones anteriores, para contabilizar el número de actas de defunción registradas en el período, decidimos publicar lo encontrado en el taller de datos de Nexos. Se demostró entonces que el saldo de fallecimientos por la crisis sanitaria era, hasta ese momento, 4.4 veces lo admitido por la Secretaría de Salud y el gobierno de la ciudad.

La reacción del gobierno de la ciudad fue inmediata. Al día siguiente de aquella publicación, el sitio del Registro Civil fue modificado con la adición de un “CAPTCHA”, cuyo fin es bloquear el acceso automatizado al sitio. Dado que explicamos en el mismo artículo que nuestra metodología hacía uso de un software específicamente creado para realizar la contabilización, es difícil no ver esta medida como un intento de impedir investigaciones similares.

Aunque ese primer obstáculo nos obligó a hacer las actualizaciones posteriores de forma manual, con una importante e innecesaria inversión de tiempo, fue posible continuar con actualizaciones durante el resto del 2020. Es a inicios del mes de diciembre, justo cuando se comienza a hacer evidente un crecimiento constante en la mortalidad, que el sistema del Registro Civil, sin anuncio ni explicación, fue puesto fuera de línea. Tras varias semanas, y denuncias en diversos medios, el titular de la Agencia Digital para la Innovación Pública, respondió, mediante su cuenta de Twitter, que el sistema “se había rebasado”, y que su equipo se encontraba trabajando arduamente en su reparación.

El sistema fue finalmente restaurado a inicios de este año, aunque con algunas diferencias importantes en los datos presentados. Fue eliminado el campo: “Causa(s) de la muerte”, donde el médico que firma el certificado de defunción escribe las posibles causas que pudieron ocasionar la muerte. Este campo había sido utilizado por otros investigadores para estimar cuántas de las muertes en exceso registradas podrían ser explicadas por el COVID19, aun y cuando estas no sean registradas como COVID19 por la falta de aplicación de pruebas.

Desde la primera semana de marzo se ha vuelto a modificar el funcionamiento de este sistema, de tal forma que se vuelve ahora imposible utilizarlo para llevar a cabo un conteo de las actas registradas en la ciudad. Esto es porque mientras que antes era posible solicitar un acta ingresando únicamente el año de registro, el número de juzgado, y el número asignado al acta solicitada, hoy es necesario incluir adicionalmente el nombre y apellido del fallecido que se registra en esa acta.

Con este cambio lo que se consigue es sabotear la utilidad del sistema público para contabilizar las actas registradas en la ciudad, y así tener datos actualizados de mortalidad que no dependan de la voluntad de las autoridades para su publicación. Esto representa un retroceso grave en cuanto a accesibilidad de la información en la Ciudad de México, en un momento de emergencia histórica donde tener acceso puntual a los datos cobra mayor importancia.

Es necesario comentar que el contenido de las actas del registro civil es información pública, como indica el artículo 48 del Código Civil de la ciudad:

Artículo 48.- Toda persona puede pedir testimonios completos o en extracto de las actas del Registro Civil; así como de los apuntes y documentos con ellas relacionadas y los jueces y registradores estarán obligados a darlos.

Por lo tanto esta información podrá seguir siendo solicitable bajo los procesos e instancias de transparencia con los que se cuentan, sin embargo, será incomparable con el acceso pronto y expedito que se tenía a través del sistema que las autoridades han saboteado repetidamente, y esta vez, de forma final.

En el tiempo que se pudieron realizar los análisis de datos, se ha podido confirmar que la ciudad tiene un enorme subregistro, de más de 4 veces las muertes oficialmente registradas en algunas semanas y de más de 2.5 veces las muertes registradas en el promedio del período pandémico. Se ha demostrado también, que a diferencia de todas las otras ciudades en el estudio, la Ciudad de México no ha logrado reducir la mortalidad en exceso hasta un porcentaje menor a 50% para ninguna semana desde Abril, mientras que las demás han logrado regresar a mortalidad esperada, y finalmente se ha podido comparar el exceso de mortalidad por población contra las ciudades más fuertemente afectadas por la pandemia en el mundo, y así notar que la Ciudad de México es, por un margen muy significativo, la peor bajo esa métrica, como se puede apreciar en el cuadro presentado en esta publicación.

¿Qué nos dicen las actas de defunción de la CDMX? Actualización al 14 de febrero de 2021

Si bien desde Septiembre de 2020, la Agencia Digital para la Innovación Pública ha comenzado a publicar un set de datos de la mortalidad registrada en la ciudad, de igual forma que lo hacen el resto de las entidades del país a través de la Secretaría de Salud, esta no es una fuente que pueda sustituir al sistema que han bloqueado por diversas razones, entre ellas:

  1. Lo más importante es que su publicación es esporádica, y a voluntad de las autoridades. Aunque inicialmente se anunció que las actualizaciones serían semanales esto no se ha cumplido, pasando meses entre actualizaciones. Su actualización más reciente abarca solamente hasta enero de este año. El sistema del Registro Civil representaba un acceso en tiempo real a la contabilización de actas de defunción al ser estas ingresadas.
  2. Los datos publicados han contenido errores evidentes, sin aclaración ni explicación, que no coinciden con los datos antes obtenibles por el registro civil. Como se hizo notar en esta actualización al 27 de diciembre.
  3. Convierten el campo el de “Causa(s) de muerte”, donde el médico registra las posibles causas de la defunción, como por ejemplo “neumonía atípica, en un campo binario que indica si el fallecido recibió una prueba COVID con resultado positivo. Esto imposibilita la realización de análisis de causas como las que se han publicado antes.

En estos 10 meses de mortalidad excesiva, el gobierno de la ciudad ha tenido más que suficiente tiempo para desarrollar un muy sencillo sistema informático que nos brindara a todos información en tiempo real sobre las actas de defunción registradas. En cambio, optaron por obstaculizar investigaciones saboteando el sistema existente, y logrando impedir el acceso a datos de mortalidad durante la peor pandemia que nos ha azotado en más de un siglo. Así, aunque perdemos una importante visibilidad de la situación actual de la crisis sanitaria, nos queda una visibilidad muy clara de la disposición de quienes gobiernan la ciudad por ocultar cualquier información que consideren se contrapone a sus propios fines.

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